No es la primera que insisto en nuestro deseo de viajar bien lejos cuando, al menos en mi caso, quedan muchos lugares de La Mancha por conocer. Un buen ejemplo de estos lugares es Campo de Criptana, pueblo que tantas y tantas veces he cruzado de paso, con prisas o sin posibilidad de parar. Y es que su sierra de los molinos, que se vislumbra desde la carretera, incita a visitarlos.
Sierra de los molinos en Campo de Criptana |
Los molinos
Quizá sea su gran seña de identidad y el principal reclamo turístico. La historia los avala, tanto las Relaciones Topográficas en 1.575 y el Catastro de Ensenada en 1.752 señalan un elevado número de estos ingenios superando la treintena. No en vano, actualmente los molinos Infanto, Burleta y Sardinero conservan la maquinaria y estructura original del siglo XVI.
Vistas desde el molino Sardinero |
Molino Sardinero |
Hoy día su perfil blanquinegro es motivo de orgullo para los manchegos, criptanenses, herencianos, consaburenses... pero, ¿qué panorama nos encontraríamos actualmente si no se hubiese llevado aquella campaña de restauración que se realizó en los años 50? Pese a las reconstrucciones, esta campaña inculcó la sensibilidad hacia estos ingenios mecánicos y evitó la ruina de aquellos que aún conservaban su originalidad.
Cuevas-Silo
Una de las sorpresas fue encontrarme con varias cuevas-silo perfectamente conservadas e integradas en el casco antiguo de la localidad. Cuevas que servían de vivienda, estabulamiento de animales y almacenamiento de grano. ¡Vaya!, parece que me suena de algo. Sin duda una grata sorpresa descubrir que varias de estas cuevas son visitables como la Cueva del Molino Infanto y la Casa Cueva del Cerro de La Paz.
Descendiendo las calles estrechas y encaladas del barrio del Albaicín se percibe ese ambiente de pueblo sencillo, modesto, que ha sabido conservar su esencia y sacar partido de ella. Numerosos detalles en restaurantes, bares y casas particulares hacen ver que el casco antiguo está vivo y su arquitectura también.
Entramado urbano del barrio del Albaicín y Ermita de La Paz |
La apacibilidad de la mañana me lleva casi sin percatarme hasta el molino Sardinero, el único que se encuentra dentro del casco y recientemente restaurado. Siguiendo calle abajo se encuentra la Ermita de la Paz de planta rectangular y encalada. Las vistas desde este punto son impecables tanto hacia la sierra de los molinos como al campo abierto de La Mancha.
Y fotografiando nubes, molinos, calles, ermitas... el blanco, su luz, asoma en cada rincón.
Sierra de los Molinos, Campo de Criptana
Febrero de 2.015
Bibliografía:
Como siempre gracias por tu labor,tan interesante como siempre
ResponderEliminarMuchas gracias Clara! Me alegra saber que hay ese interés cada semana. Un saludo!!
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